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El Tio de la calle San Juan


“El hombre que no percibe el drama de su propio fin no está en la normalidad sino en la patología, y tendría que tenderse en la camilla y dejarse curar.” (Carl Gustav Jung)



Pedro vivia en Lanus, yo en Capital Federal, y como dije anteriormente trabajabamos en la misma empresa.
El entro a los dieciseis años, como cadete, por recomendacion de su padre, que también trabajaba ahi.
Pero esta vez, contare la historia de su tío, el unico hermano de su madre quien vivia en la calle San Juan y Bernardo de Irigoyen con la abuela y su mujer.
No lo conoci, murió al poco tiempo de estar juntos, pero esa muerte fue muy significante en la historia y tiene condimentos interesantes.
Parece que el pobre hombre, sufría de un cancer terminal, que acabo con su vida.
Como dije antes, tenia pareja, y vivia con ella y su madre.
Pero...no dejo testamento ni nada en favor de esta mujer.
Corrian otros tiempos, las concubinas no tenian muchos derechos.
Conoci a la mujer, era una rubia de baja estatura, que cuidaba los baños de las oficinas, de la empresa en la que trabajabamos.
Dicharachera y simpática, ella también fue víctima.
Porque le negaron todos sus derechos y la echaron a la calle sin un duro.
No le reconocieron nada, ni su vida en pareja, ni su trabajo, nada.
Seguramente la idea era quedarse con el pisito, ya que la madre, era la unica herdera.
Legalmente era asi.
Me daba tristeza cada vez que veía a la mujer, tristeza y verguenza, yo sabia lo que estaba pasando, y lo consideraba injusto.
Si pudiera, hoy le pediria perdon, de algun modo participe de ese desastre, de esa tropelía.
Mi futura familia politica, ahora tendría dos casas.
Doña Lola (nombre ficticio para la abuela) no tenia mas hijos, y mi suegra se transformaría en su única heredera.
La casa de mis suegros, quedaba en Lanus, a unas cuadras de 25 de Mayo y 14 de Julio.
Era una casa pequeña, con dos dormitorios, una cocina y comedor.
Tipo chalecito a dos aguas, con tejas españolas, cuyas paredes mi suegro pintaba de amarillo huevo y azul celeste ( era de boca).
Era la casa de la infancia, era el barrio de los amigos, de los juegos, una reliquia familiar.
Pero hacia falta dinero para pagar los gastos de la sucesion, el juicio a la mujer que echaron y las escrituras.
Ahi es dónde entramos nosotros en la historia.
Teníamos el dinero, y la casa quedaría en manos de su hijo, es decir de la familia.
En esa época, la hermana de mi marido estaba de novio con un chico de Lanús, hoy ya no esta, pero esta historia también tiene su parte cómica.
Ya la contaré, también quisieron imponerme cosas.
Dios mio!!! como sonaban las alarmas y no las escuche!
Nunca supe si le consultaron si estaba de acuerdo en vendernos la casa, nunca hable con ellos del tema.
Por lo sucedido despues, parece que la muchacha era ambiciosa, había una guerra entre los hijos que no supe ver.
A la distancia, cmprendo que lo que mal empieza, mal acaba, y no había un destino diferente.
Que me podia hacer pensar que lo que le habian hecho a otra persona, no me lo harían a mi también?
Yo no los conocia, mi pareja si, eran sus padres, y el tenía que haberme protegido.
No lo culpo, lo responsabilizo.
Lo vi llorar del dolor muchas veces, no me atrevía a reclamarle nada, como hacerlo si estaba devastado.
Pocas cosas duelen tanto como la traición de los padres.
Pero no pude evitar que ese dolor se quedara dentro y con el tiempo me vengue ( esa es otra historia, ya llegaremos)
No me defendió, no nos defendió, reclamo, se enojo, todavia sigue enojado, las cosas entre ellos nunca fueron igual.
Pero, no me reconocio nada...y yo siento que el también me traicionó.
Sobre todo considerando que vino de mis padres la solución al conflicto.
Pero, donde se quedaba mi esfuerzo? donde mis sueños? Donde mi trabajo?
Yo tenía un bebe en la panza, mi bebe, percibía todo esto y lo padecía, pero decidí que lo mejor era comprenderlo y apoyarlo.
Y ese día, comence a olvidarme de mi misma.
Y recorri un largo camino de olvido, no soy víctima de nadie aclaro, pude elegir y lo hice.
De esta historia y de otras tantas hay testigos, no son mi invento.
Mi dinero se evaporó de la nada, mi sacrificio de lo robaron....y tengo que escuchar que alguien me pregunte si es verdad todavia.
Hay cosas que no pueden probarse en el plano material.
Pero Dios sabe que es verdad, y a el, nada le queda oculto.
Ese bebe, el que llevaba en la panza, es mi hija Mariela.
Quiero pedirle perdón por lo que tuvo que pasar, a pesar de la ilusión que tenia por mi embarazo, lo pasé muy mal.
Hija, lo lamento, porque lo atravesamos juntas, y estabas a mi cuidado.
A veces me dicen que tengo preferencia, pero me acompañaste al infierno, fuiste mi sosten, y mi alegria.
Tal vez eso nos unio por toda la eternidad.
Evidentemente sos una personita muy fuerte.
Al infierno no entra cualquiera.
Te ama
Mama


Esta historia continuará.

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